Una de las frases más comunes en los últimos años y que seguramente continuaremos oyendo es la famosa “el intestino es el segundo cerebro”. En este capítulo daremos explicación a qué significa esta frase, porqué se dice y qué vínculo tiene con el organismo y el estado de salud.
En la semana 7 donde hablábamos de los probióticos y los prebióticos explicamos algunas cosas sobre la flora intestinal, o mejor dicho microbiota intestinal. Los probióticos y los prebióticos favorecen la biodiversidad de nuestra microbiota y nos ayudan a tener un equilibrio entre los microorganismos beneficiosos y los patógenos.
¿Qué es la microbiota intestinal?
Lo primero que debemos conocer es que la microbiota no solo se encuentra en nuestro colon o intestino grueso, sino que es el conjunto comunidades de microorganismos que colonizan la superficie de la piel y los conductos y cavidades corporales que se comunican con el exterior. (1) Es decir, nuestra piel, nuestra boca, nuestra vagina o nuestro colon todos tienen una microbiota propia con varios microorganismos vivos. En el colon, albergan cantidades de microorganismos que igualan el número de células de nuestro propio organismo.
Por ese motivo por la gran variedad y cantidad de microorganismos que albergan en el colon, lo hacen tan interesante e importante.
Tal y como explicamos en la semana 7, la microbiota van creciendo con nosotros al largo de nuestra vida, al nacer apenas tenemos microorganismos en nuestro cuerpo que no sean aquellos que hemos adquirido en el parto en contacto con nuestras madres, pero en el momento en que nacemos al mundo exterior lleno de vida y varios microorganismos, estos van colonizando poco a poco nuestros conductos. Todos los seres humanos tenemos microbiota y cumplen un papel fundamental en nuestra salud.
¿Qué papel tiene la microbiota en mi salud?
Como hemos dicho la microbiota intestinal por su cantidad y variedad, tienen un impacto sobre todas nuestras funciones ya que todos estos microorganismos vivos dentro de nosotros se relacionan entre ellos, con nuestras células, con los medicamentos que suministramos y sobre todo con nuestra alimentación.
Nuestra relación con la microbiota es de ayuda recíproca ya que los microorganismos encuentran ambientes a los que están bien adaptados y, a la vez, nos proporcionan una serie de ventajas que van desde la protección frente a la invasión por patógenos a la colaboración en la digestión de componentes de la dieta.
Ahora bien, si ocurren circunstancias especiales como traumatismos, alteración de la respuesta inmunitaria y ciertas enfermedades de base graves, estos microorganismos pueden dejar su zona de confort en el colon, piel, vagina etc y viajar hasta otras zonas de nuestro cuerpo colonizándolas, y estos microorganismos pueden actuar como patógenos oportunistas y dar lugar a infecciones. (2)
Contestando a la pregunta qué papel tiene la microbiota en mi salud, pues bien diríamos que un papel increíblemente importante y esencial porque el equilibrio de nuestra microbiota puede determinar que estemos sanos o que enfermemos. Y por ese motivo debemos reconocerla y cuidarla.
¿Es el intestino nuestro segundo cerebro?
Debido a su gran biodiversidad y cantidad, la microbiota intestinal a diferencia de las demás microbiota de nuestro cuerpo por ejemplo la de la piel, la del colon está en constante relación con los alimentos, por lo que la rapidez con la que está varía y interactúa es casi imposible seguirle el ritmo y en los últimos años el foco de investigación entre enfermedades y microbiota intestinal ha ido creciendo poco a poco hasta día de hoy.
Hoy en día existen cientos de estudios y publicaciones científicas que han demostrado que la influencia de nuestra microbiota intestinal no se queda solo en el colon.
La microbiota y el cerebro se comunican entre sí a través de varias rutas, pueden modular diversas respuestas de nuestro cuerpo. (3) Y esta comunicación puede determinar por ejemplo que una enfermedad mental esté vinculada con una alteración de nuestra microbiota.
Un estudio del 2018 de la revistaBrainResearch demostró que la microbiota intestinal, los billones de bacterias que residen dentro del tracto gastrointestinal parece influir en el desarrollo y las enfermedades del sistema nervioso central yincluidos los trastornos de la motilidad, trastornos del comportamiento, enfermedades neurodegenerativas, accidentes cerebrovasculares y otros trastornos. (4)
En otros estudios publicados por la revista NatureMicrobiologydel año 2019 concluyó que a diferencia de lo que generalmente se cree, el intestino (y no el cerebro) es el principal productor de serotonina en los mamíferos. Así pues, el tracto gastrointestinal asume un papel esencial en la modulación del conocido neurotransmisor de la felicidad y por supuesto de nuestra salud mental. (5)
Nutrición y vida saludable, como mejorar nuestra microbiota
Al principio de la guía mencionamos la frase “somos lo que comemos” y a medida que vamos avanzando más sentido cobra esta frase y más evidencia científica lo avala.
El contenido y la cantidad de la dieta tienen un papel importante en la configuración y función de la microbiota humana. Las interacciones entre los nutrientes y los microorganismos dan resultados beneficiosos o perjudiciales para la salud.
Por ejemplo, las dietas ricas en proteínas y lípidos tienden a aumentar la incidencia de los cánceres gastrointestinales, mientras que las ricas en polisacáridos de origen vegetal presente en frutas y verduras, cereales integrales y legumbres tienen un efecto opuesto. Las proteínas y lípidos son digeridos y asimilados eficazmente en el intestino delgado, pero, si la dieta es muy rica en grasas y proteínas, es posible que el intestino delgado no los pueda absorber todos y parte de ellos lleguen al colon y sean procesados allí, dando de comer a nuestras bacterias más agresivas. (6)
Por lo que aquello que comemos servirá de comida también para nuestras bacterias, y por eso debemos priorizar aquellos alimentos que nos benefician y nos permite mantener este equilibrio de microorganismos en nuestro cuerpo.
Estos alimentos sabemos que son:
- Frutas y verduras
- Cereales integrales y en bajo grado de procesamiento
- Alimentos probióticos y prebióticos
- Legumbres
- Frutos secos
- Aceite de oliva virgen extra
- Proteína animal (huevos, carnes y pescados) en cantidad y calidad adecuada.
- Condimentos y especias no refinados
Un estilo de vida saludable también beneficia nuestra microbiota, hay estudios que demuestran que el ejercicio físico también es un factor que modula nuestra biodiversidad intestinal y lo mejor de todo es que está en nuestra mano. Se ha demostrado que el volumen y la intensidad del ejercicio ejercen una influencia sobre el estado de salud gastrointestinal. (7)
En cambio, no solo hay factores de la dieta o ejercicio que puedan alterar la microbiota, otros estudios confirman que el uso de antibióticos de forma prolongada también afecta negativamente a la biodiversidad de nuestra microbiota. (8) El tabaquismo y el alcoholismo también deteriora la microbiota.
Las enfermedades multifactoriales comunes tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo a menudo están relacionadas con la dieta, sin embargo, los enfoques nutricionales actuales destinados a su tratamiento y prevención tienen una eficacia limitada, debido a que cada individuo posee una microbiota propia y característica.
¿Por qué decimos que es limitada? Debido a que el futuro de la alimentación se focaliza en la nutrición personalizada, que potencialmente permite dietas adaptadas acada persona en varios contextos clínicos y puedan considerar una mejora notoria en la calidad de vida. (9)
Bibliografía
(1) Mónica De la Fuente del Rey, Ana González-Pinto,Francisco Carlos Pérez Miralles; Documentos de consenso sobre sobre la MICROBIOTA y el uso de PROBIÓTICOS/PREBIÓTICOS en patologías neurológicas y psiquiátricas; Sociedad Española de Microbiota Prebiótico y Probióticos; 2021.
(2) AtsushiNishida, RyoInoue, OsamuInatomi, Shigeki Bamba, YujiNaito, Akira Andoh; Gut microbiota in thepathogenesisofinflammatoryboweldisease; Clin J Gastroenterol. 2018 Feb;11(1):1-10.
(3) John F Cryan, Kenneth J O’Riordan, Caitlin S M and otherauthors; The Microbiota-Gut-Brain; PhysiolRev . 2019 Oct 1;99(4):1877-2013.
(4) Philip Strandwitza;Neurotransmittermodulationbythegut microbiota; Brain Res. 2018 Aug 15; 1693(Pt B): 128–133./
(5) Cristina Stasi 1, Sinan Sadalla 2, Stefano Milani 3; TheRelationship Between theSerotoninMetabolism, Gut-Microbiota and theGut-BrainAxis;CurrDrugMetab . 2019;20(8):646-655.
(6) Mónica De la Fuente del Rey, Ana González-Pinto,Francisco Carlos Pérez Miralles; Documentos de consenso sobre sobre la MICROBIOTA y el uso de PROBIÓTICOS/PREBIÓTICOS en patologías neurológicas y psiquiátricas; Sociedad Española de Microbiota Prebiótico y Probióticos; 2021
(7) Stéphane Bermon, Bernardo Petriz, Alma KajėnienėJonato Prestes, Lindy Castell, Octavio L Franco; The microbiota: anexerciseimmunologyperspective; ExercImmunolRev. 2015;21:70-9
(8) Kathleen Lange, Martin Buerger, Andreas Stallmach, Tony Bruns; EffectsofAntibioticsonGutMicrobiota;DigDis. 2016;34(3):260-8.
(9) NivZmora, Jotham Suez, Eran Elinav; You are whatyoueat: diet, health and thegutmicrobiota; NatRevGastroenterolHepatol 2019 Jan;16(1):35-56https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30262901/