Estilo de Vida Saludable

Variables psicológicas para seguir con éxito las pautas de nutrición saludable: ¿Cuáles son las pautas psicológicas para tener un estilo de  vida saludable? En el artículo que leímos la primera semana, el cual os recomiendo que volvamos a retomar (¿Qué nos motiva para mantener los hábitos de vida saludable?), hicimos una introducción sobre unas variables. Las variables que debemos tener en cuenta si queremos mantener la motivación con las decisiones que hemos tomado en nuestra vida.

Hablamos de analizar el momento en el que nos encontramos. De las expectativas de cambio, de ir modificando pequeñas cosas poco a poco en base a unos objetivos a corto plazo, realistas y revisables. También de tener en cuenta nuestras emociones y nuestros pensamientos y de pedir ayuda si lo consideramos necesario.

Durante las siguientes semanas, hemos ido profundizando en estos temas. Hemos hablado de materializar los objetivos, escribirlos y estructurar nuestro plan de acción. Hemos hablado de la relación que tienen las emociones con la alimentación y hemos ido estableciendo pautas para trabajar en autoconocimiento y toma de conciencia con nuestro propio proceso. Siempre desde la perspectiva del no juicio y la amabilidad.

Recordad que desde el enfoque que os estamos ofreciendo, cada persona debe ser su propia guía. Consideramos que nadie mejor que uno/a mismo/a sabe qué es lo que más le conviene y en qué momento se encuentra. Aunque para ello debemos conectarnos con nuestro interior y hacer un trabajo importante de autoconocimiento.

Si has llegado hasta aquí y aún no has notado ningún cambio en tu día a día, intenta reflexionar sobre estas cuestiones:

¿Estoy siguiendo las pautas que me han ofrecido?

¿Me he planteado los objetivos de manera adecuada?

¿Qué dificultades estoy teniendo?

¿Cómo puedo abordar estas dificultades?

Esta semana vamos a seguir profundizando en los factores que influyen a nivel psicológico a la hora de mantener unos hábitos de vida saludables. Y, a partir de las próximas semanas, empezaremos a trabajar sobre qué emociones y actitudes podemos potenciar para ayudarnos en este proceso de cambio.

Para empezar, vamos a conocer un mecanismo de nuestro cerebro que actúa directamente en el proceso de crear hábitos y mantenerlos:

El sistema de recompensa:

Los comportamientos que nos generan placer o las experiencias que nos resultan gratificantes (independientemente de si son positivos o no para nuestro cuerpo) producen dopamina y activan nuestro sistema de recompensa cerebral. Por esto, esto hace que tengamos tendencia a repetirlos una y otra vez. Este es un mecanismo automático y (en principio) necesario para la supervivencia.

Es decir, si tengo sed y me bebo un vaso de agua, si tengo frío y me pongo cerca del fuego, si me siento atraído/a por alguien y mantengo relaciones sexuales, si tengo una conversación con alguien a quien aprecio, si me río, practico un deporte que me gusta o leo un buen libro, estoy activando mi sistema de recompensa.

Aunque, paradójicamente, este sistema también se activa si consumo drogas, si compro algo que me gusta, si apuesto dinero y gano. Si como alimentos procesados o cada vez que alguien me envía un WhatsApp o le da a “me gusta” en una publicación de mis redes sociales.

Sin necesidad de profundizar mucho más en el funcionamiento de este mecanismo cerebral, podemos observar que el hecho de que una conducta nos produzca placer inicialmente no significa que a la larga sea beneficiosa para nuestro organismo. De hecho, si activamos nuestro sistema de recompensa con sustancias que provocan una “explosión” de dopamina en nuestro cerebro (como puede ser a través de sustancias adictivas o cualquier otra recompensa no natural) acabamos alterando el funcionamiento de nuestro sistema de recompensa. Es decir, deja de funcionar correctamente y aparecen los fenómenos de la habituación y la tolerancia, que se refieren a que la sensación de placer cada vez es menos intensa y por lo tanto se necesita cada vez más consumo para producir los mismos efectos.

Además de la acción del sistema de recompensaalgunos de los factores que también pueden influir en la falta de motivación para lograr nuestras metas puede ser:

– Objetivos poco realistas

– Ausencia de planificación

– Factores emocionales: estado de ánimo, creencias personales erróneas o autoestima baja

Revisa los materiales de las semanas anteriores para establecer tus objetivos de manera adecuada y presta atención a las próximas semanas porque seguiremos ofreciendo pautas y herramientas para ir mejorando en el proceso de cambio de hábitos.

¿Qué podemos hacer para gestionar de manera adecuada nuestra respuesta ante el placer?

– Busca la motivación en cosas placenteras y saludables

– Márcate objetivos a corto plazo para sentir satisfacción al logarlos

– Planifica acciones que sepas que te van a aportar bienestar

– Haz al menos una actividad que mejoretu autoestima y tuestado de ánimo

Sandra Barceló

Psicóloga-Formadora Col. COPC22270