Orientación Nutricional
Irene Valverde
Dietista-Nutricionista de La Cuina de la Lore
Bienvenido/da,
Antes que nada darte la enhorabuena para tomar la decisión valiente de empezar este camino. Y cuando digo que es una decisión valiente, es que esta decisión te puede cambiar la vida. En esta guía tendrás una recopilación de información basada en la evidencia para adentrarte en el fantástico mundo de la alimentación, la nutrición y el conocimiento de tu cuerpo. Porque como decía Kofi Annan[1] “ El conocimiento es poder, la educación es liberadora, la educación es la premisa del progreso, en toda la sociedad, y en toda familia”, cuando tienes la información adecuada, eres libre y está en tus manos ser plenamente consciente de tu vida, tu alrededor y la relación que tienes con el mundo.
Esta guía no pretende ser un tratamiento clínico o unas pautas individualizadas, puesto que todo tratamiento tiene que estar bajo la supervisión del profesional correspondiente y cada persona tendrá un historial diferente, hábitos, entorno, recursos, y enfoque personalizado que no se podrá abordar en el transcurso de esta guía.
Pero lo que sí pretende esta guía es ser una herramienta referente de información práctica y veraz, para conocer como la alimentación modula el funcionamiento de nuestro cuerpo, sobre todo qué papel fundamental juega en las dolencias, y cómo a través de ella podemos mejorar nuestra calidad de vida. Una herramienta para orientarse y educarse, salir de la zona de confort, desaprender, reflexionar y pasar a la acción.
Solo me queda darte las gracias y sobretodo la fuerza que requiere para darle la vuelta a la situación que se te presenta delante, analizarla, replantearla y enfocarla hacia la dirección correcta.
¿Qué es la inflamación? Vivir con inflamación crónica.
Llevar una alimentación saludable y beneficiosa para nuestro cuerpo no se trata sólo de consumir alimentos y seguir unas pautas de vida, que por supuesto van a ser fundamentales para la mejora del estado de nuestra salud, pero alimentarse y nutrirse son dos procesos completos y conscientes, totalmente diferentes. Podemos consumir alimentos pero estos pueden o no aportar los nutrientes que necesita nuestro cuerpo para crecer, reparar y continuar funcionando plenamente.
Lo primero que tenemos que saber es que en la base de cualquier enfermedad, la nutrición es imprescindible para su mejora, y que cuando se dice “ somos lo que comemos” , es una de las frases que más se acerca a la realidad, ya que aquello que le demos a nuestro cuerpo, será el combustible de nuestras células y todo el ecosistema que vive en nuestro interior. Para poder nutrirse adecuadamente hay que llevar un proceso de conocimiento y reeducación para poder entender cada bocado que ingerimos y cómo éste afectará a nuestra salud.
Por ese motivo lo primero que considero fundamental es conocer mínimamente nuestro cuerpo, y aún más cuando no está en un estado de salud pleno, porque cuando no sabemos qué sucede dentro podemos caer en el peligro de normalizar ciertos estado que no lo son.
El dolor y la inflamación son una señal de alarma de nuestro cuerpo, que debemos escuchar atentamente, cuando hay un dolor que se repite, deberíamos prestar atención para que no pase desapercibido y se normalice como parte de un estado.
Vamos hablar de la inflamación, y como funciona, para poder saber y sobre todo entender que es realmente ¡Así que allá vamos!
¿Qué es la inflamación?
En términos muy generales, la inflamación es la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo a un daño causado por patógenos bacterianos o por cualquier otro agresor de naturaleza biológica, química, física o mecánica[2].
Aunque la inflamación puede estar asociada al dolor, se trata de una respuesta reparadora y de defensa por parte de nuestro cuerpo.
¿Y qué quiere decir que es una respuesta de defensa? Imaginémonos que nos empezamos a encontrar mal, débiles y tenemos fiebre. La fiebre es una respuesta universal ante las infecciones. Es un mecanismo de adaptación que sirve para luchar contra la infección, disminuye la reproducción de los microbios y aumenta la respuesta inflamatoria. Cuando se produce una infección, las células de defensa de nuestro organismo, luchan contra el agente invasor produciendo una serie de moléculas, que al viajar por la sangre llegan al que denominaremos el termostato de nuestro cuerpo[3] hasta cambiar la temperatura. Por eso, al principio, se suele notar frío intenso incluso a veces acompañado de escalofríos y posteriormente calor y sudoración profusa que son manifestaciones del cambio en la temperatura corporal.[4]
Por lo tanto, la fiebre, entre muchos otros, es el mecanismo de defensa que tiene nuestro cuerpo de intentar expulsar/eliminar el patógeno.
Otro proceso inflamatorio sería el que sucede cuando nos cortamos, por ejemplo, aquí nuestro cuerpo actuaría de forma localizada en la zona herida, enviando a través de la sangre diversas células del sistema inmunitario, sustancias y hormonas haciendo llegar más sangre a la zona herida para actuar y curarla. Por esta razón, las zonas hinchadas se vuelven rojas y calientes.
Sabemos que en estas situaciones momentáneas nuestro cuerpo actúa de “salvavidas” para protegernos y ayudarnos. Pero incluso en estas situaciones debemos tener en cuenta que la respuesta inmunitaria dependerá de cada cuerpo y cada persona, ya que el estado saludable o no de nuestro sistema inmune tendrá un papel fundamental para ganar la batalla. Tanto la misma respuesta como el proceso de recuperación de los tejidos afectados. Estar en plena forma no es solo un estado físico, ya que, si nuestras defensas no son capaces de poder combatir una infección o una lesión, es un indicador de que nuestro cuerpo nos pide ayuda a gritos.
Vivir con inflamación
Después de todo lo que hemos estado leyendo hasta ahora, no cabría duda de que el proceso inflamatorio en nuestro cuerpo es algo beneficioso ya que nos indica la defensa de nuestro sistema inmune. Pero algunas inflamaciones no siempre ayudan al cuerpo. En algunas enfermedades, el sistema inmunológico lucha contra las propias células del cuerpo por error, provocando inflamaciones dañinas. Estos incluyen, por ejemplo:
- Artritis reumatoide, donde muchas articulaciones de todo el cuerpo están inflamadas permanentemente.
- Psoriasis: una enfermedad crónica de la piel
- Enfermedades inflamatorias del intestino como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
- Diabetes Mellitus tipo 2, obesidad y enfermedades cardiovasculares, estas tienen un componente inflamatorio de bajo grado.[5]
¿Qué es una inflamación crónica?
Se denomina inflamación crónica la que se presenta un tiempo prolongado, de semanas a meses, con signos de inflamación aguda, destrucción del tejido y reparación. Su inicio puede ser solapado y asintomático. Generalmente, la extensión y los efectos de la inflamación crónica varían según la causa de la lesión y la capacidad del cuerpo para reparar y superar el daño.[6]
Varios factores de riesgo promueven una respuesta inflamatoria de bajo nivel, como serían la edad, la dieta, hábitos, el estrés, trastornos del sueño, hormonas…
Aunque la inflamación crónica progresa silenciosamente, es la causa de la mayoría de las enfermedades crónicas y representa una gran amenaza para la salud y la longevidad de las personas. La inflamación se considera un contribuyente importante a varias enfermedades. Es por ese motivo que la modificación de la dieta, el estilo de vida, dejar de fumar, una buena higiene del sueño entre otros puede beneficiar enormemente el estado inflamatorio de una enfermedad.
La inflamación crónica puede llegar a condicionar nuestras actividades cotidianas, llegando a limitar algunos deportes, eventos sociales, movimientos corporales o suponer restricciones dietéticas, suplementación, administración de medicación para el dolor, y suponer una gran frustración para quien la padece
¿Cómo reducir la inflamación crónica?
No solo la prevención con estilos de vida saludables nos hará tener un sistema inmunitario más fuerte y combatiente ante una infección, sino que son el acompañante ideal para
recuperación y la mejora en la inflamación crónica, no todas las enfermedades pueden ser tratadas de la misma manera, pero en muchos casos pueden disminuir la sintomatología y la dosis de medicación.[7]
La ciencia corrobora esta teoría, ya que varios estudios han demostrado que los cambios de vida, como el incremento del ejercicio físico y los cambios en la alimentación que se sostienen en el tiempo favorecen los marcadores inflamatorios en enfermedades cardiovasculares, obesidad o diabetes. [8]
En otros estudios podemos encontrar que el aumento de frutas y verduras y la adherencia a una dieta de estilo Mediterránea está ligada a una menor mortalidad por cáncer y en especial al cáncer colorrectal [9]
En un estudio publicado el año 2019 por la prestigiosa revista Clinical Nutrition, concluyen que una mayor adherencia a la dieta mediterránea se asocia con un menor riesgo de empeoramiento del dolor y formas sintomáticas de artritis de rodilla.[10]
¿Podemos calmar la inflamación con la alimentación?
Y ahora que ya hemos hablado un poco sobre la inflamación y el dolor, le hemos puesto cara y conocemos sus mecanismos ¿Podemos calmarlo con la alimentación? ¿Será una herramienta realmente útil? Anteriormente hemos citado algunos estudios sobre el papel de la alimentación en la inflamación crónica, pero saber no es lo mismo que conocer. Ser conscientes de lo que comemos y cómo comemos, cómo la alimentación influye en cada proceso vital y en nuestros estados físicos y anímicos, es un planteamiento que no toda la sociedad se hace y muy necesario para dejar de seguir lo que creemos que es saludable o se nos vende como tal, para realmente empezar a llevar una vida plenamente saludable.
[1]KOFI A. ANNANde Ghana, fue el séptimo Secretario General de las Naciones Unidas. Galardonado en 2001 con el Premio Nobel de la Paz junto a las Naciones Unidas.
[2]Michael H. Askenase, Lauren H. Sansing; Semin Neurol. 2016 Jun; 36(3): 288–297
[3]centro termorregulador del hipotálamo en el cerebro
[4]Institute for Quality and Efficiency in Health Care (IQWiG); Colonia, Alemania; 2006
[5]Institute for Quality and Efficiency in Health Care (IQWiG);What is an inflammation?:Colonia, Alemania; 2006
[6]IQWiG, 2006.
[7]Lene Rørholm Pedersen 1 2, Rasmus Huan Olsen 3, Christian Anholm 4, Arne Astrup 5, Jesper Eugen-Olsen 6, Mogens Fenger:Effects of 1 year of exercise training versus combined exercise training and weight loss on body composition, low-grade inflammation and lipids in overweight patients with coronary artery disease: a randomized trial; Cardiovasc Diabetol. 2019 Oct 1;18(1):127.
[8]Jordi Salas-Salvadó, Marta Guasch-Ferré,, Chih-Hao Lee, Ramón Estruch, Clary B Clish , Emilio Ros;Protective Effects of the Mediterranean Diet on Type 2 Diabetes and Metabolic Syndrome;J Nutr. 2015 Apr 1;146(4):920S-927S. Katherine Esposito, Maria Ida Maiorino, Giuseppe Bellastella, Paolo Chiodini, Demosthenes Panagiotakos, Dario Giugliano;A journey into a Mediterranean diet and type 2 diabetes: a systematic review with meta-analyses; 2015 Aug 10;5(8).
[9]Lukas Schwingshack, Carolina Schwedhelm, Cecilia Galbete, Georg Hoffmann: Adherence to Mediterranean Diet and Risk of Cancer: An Updated Systematic Review and Meta-Analysis: Nutrients. 2017 Sep 26;9(10):1063.
[10]Nicola Veronese, Ai Koyanagi and more:Mediterranean diet and knee osteoarthritis outcomes: A longitudinal cohort study: Clin Nutr. 2019 Dec;38(6):2735-2739: